Un día más en el camino, pero no un día cualquiera
- Sergio Nieto
- 1 jul 2016
- 5 Min. de lectura
El día empezó con la confusión generada por los cambios horarios, desperté temprano pero decidí dormir hasta las 8:00 a.m (según mi teléfono), al despertar y mirar mi computador -que dejé encendido haciendo algunas tareas de mantenimiento- este mostraba las 9:00 a.m pensé "perdí mi desayuno gratis", el gratis debería ir con dobles comillas en realidad; me afané para no pasarme de la hora del "check out" y una vez estuve listo y con la mente más despierta se me ocurrió romper la ambigüedad entre los dos dispositivos haciendo uso del sabelotodo google; pues bien mi teléfono estaba en lo correcto (era la opción más obvia). ¿y el desayuno? ya era tarde tocó de nuevo ramen y un tinto instantáneo y sin azúcar.
Entregué la habitación y abordé mi corcel de cuatro ruedas para encaminarme a mi nuevo destino, por cierto decidí llegar lo más pronto posible a mi destino número uno de esta travesía (paciencia, ya verán o estarán concibiendo la idea) razón por la cual tomé la idea del día anterior y repliqué el acto: reserva en un motel (lo más barato posible) y lejano -moderadamente- para convertir tres días de viaje con duración media en dos intensos días ¿el por qué? Simple, desviaré levemente mi camino para acampar cerca a un lugar maravilloso y dedicaré algunas horas a trabajar con mi cámara y mis químicos para producir algún material este fin de semana.
Inicié mi camino con la meta en un pueblo pequeño en Texas (casi limitando con Oklahoma) llamado Shamrock, al inicio de la jornada me asusté pensando en la posibilidad de tener que devolverme y buscar refugio pues llovía fuertemente y se veían los relámpagos en el horizonte, pensé inmediatamente en la tormenta programada pero si fuera de hecho un adelanto en la misma estaba a tiempo de atravesarla mientras nacía así que puse el pie en el acelerador y al cabo de unos 30 minutos estaba recibiendo la luz directa del sol (y su abrasador aliento). El camino de hoy algo monótono pero bastante relajado, pese a que en Oklahoma me enfrenté a vías con mayores velocidades límites de manejo (sobrepasadas por los conductores) y también al encuentro con los peajes de monedas (en uno no tenía y tuve que salir corriendo del carro a cambiar en la maquina ante la impaciencia de otros conductores, que se estresen ellos, por mi parte lo tomé con gracia aunque algo de nervio).
Debo decir que para mi sorpresa, no se si sea por la ruta que tomé, la costa Este es más organizada en cuanto a la información de las salidas y la ubicación de las zonas de reposo; hoy paré dos veces para llenar el tanque y aunque no tuve la necesidad extrema como en otros días extrañé el hacer un par de paradas para estirar las piernas y descansar mi espalda. Las buenas nuevas: entramos por fin en la mítica ruta 66.
Siendo las 5:00 pm llegué a mi destino, cansado pero al mismo tiempo satisfecho pues pude conducir por cerca de 7 horas sin descanso (10 minutos por mucho en las estaciones de gasolina), allí me encontré con un pintoresco motel llamado "Route 66 Inn"; crucé la puerta y de una puerta salió una mujer con aspecto entre mexicano e hindú (su acento es igualmente extraño). Muy amablemente me saludó y confirmó mi reservación, al preguntar mi nombre sonrió al ver en pantalla mi apellido y me preguntó en tono de broma "¿Nieto de quién?" (vieja broma que he escuchado desde que puedo recordar), sonreí extrañado y le pregunté si hablaba español a lo que respondió afirmativamente pero conservando el inglés como lenguaje de comunicación por el resto de la conversación; mientras llenaba el resto de formatos me preguntó hacia donde me dirigía, le conté y se alegró al saber que estaba siguiendo el rumbo del trabajo con la imagen, un instante después entendí el porqué: En el lugar habían unos cuadros muy bonitos y pintorescos de automóviles clásicos y el motel en otras épocas, una me llamó mucho la atención y pregunté si podía tomar una foto con mi teléfono a lo que la mujer respondió afirmativamente mientras salía un señor de avanzada edad de la oficina, una vez salió me dijo la mujer que los cuadros eran pintados por aquel hombre quien era fanático de los automóviles clásicos, la ruta 66; señaló otro cuadro y me explicó que el anciano estaba muy orgulloso pues el motel en donde me encontraba otrora había sido un motel muy famoso en la ruta llamado "Sun 'n sand Motel" (busqué la referencia en google encontrándome con que fue esta la localización original de aquel motel en la década de los 50's, por lo que veo ahora es una cadena enorme de hoteles). Asombrado y con una sonrisa en mi rostro tomé una foto con mi teléfono de aquel cuadro (La cámara reposaba en el asiento del pasajero en el carro y me dió pena con la mujer ser insistente con la toma de fotos -a veces es mejor no excederse con la amabilidad de los demás). Me entregó la llave de mi habitación y me despidió con una sonrisa.
Al llegar a mi habitación tomé un par de fotos del lugar para guardarlos en mi archivo (por memoria, no por arte pues el cansancio es grande y el hambre demanda atención para mi exhausto cuerpo. Entré a mi habitación, descargué mi equipaje y fui a la máquina por una Coca-cola - no había y me conformé con una crush de naranja -estaba deshidratado también y la temperatura no ayuda. Al volver a mi cuarto preparé algo de comer y me alisté para tomar una ducha llevandome una sorpresa muy grata: a diferencia de los otros moteles este tiene el tapón para poder usar la tina - un gusto que decidí darme mientras reflexiono un par de asuntos al ritmo de Uriah Heep y pongo mi cerebro a planear lo que viene. Tras un largo baño y la correspondiente introspección corregí un par de cosas de la entrada anterior (vaya que estaba cansado, me excuso por los errores) y mientras cargo los videos de hace dos días me dediqué a escribir esta entrada nueva.
Saludo a mi compadre y comadre, ayer olvidé mencionar que los recordé mucho escuchando un par de canciones que nos gusta "tocar" en Guitar hero.
Mañana llegaré a un lugar que quiero ver con todas mis expectativas, el destino si todo lo permite: Taos en Nuevo México.
Fotos:
Ruta seguida en el cuarto día:

Cuadros en el hotel:


Vista del hotel desde la esquina de mi cuarto:

Un cartel mítico (me estremecí tan pronto lo vi)

Σχόλια